
Tras la Guerra Civil fue condenado a muerte, tras ser sometido a dos juicios paralelos, sentencia que se ejecuta a las cinco y treinta de la madrugada del 16 de mayo de 1941 en las tapias del cementerio de la Almudena, rechazando Amós el que le vendasen los ojos. Dejó esta carta a su familia.
Se ha escrito sobre él y queda su memoria en las calles de nuestro barrio.
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